Este fin de semana se presenta muy prometedor. No habrá trabajo sino hasta el martes, así que es un buen tiempo para realizar tantos pendientes. Es lo que más tengo. Desde diciembre tengo una cubeta de impermeabilizante, espero que uno de estos fines de semana se le haga su estreno. Es cuestión de agarrar descuidada a la pereza.
Por otra parte, ya mi terreno está muy limpio, revivió. Este día anduve por allá supervisando a mis trabajadores. Ahí va avanzando el año. Anoche estuve en una de las colonias más alejadas del centro de Hermosillo, barrios bravos. de inmediato me arrastró el recuerdo hasta mis años de infancia en Netzahualodo. En ese tiempo no había pavimento en la mayoría de sus colonias. Acá en Hermosillo, en ese barrio a donde fui, no hay pavimento y los muchachos, un bolón, jugaban a la pelota, como si en ello les fuera la vida. Así jugábamos nosotros, éramos dueños de la calle y el balón era nuestro faro en la vida. Grandes y pequeños éramos competidores en un juego de todos. Lo que vi en esa colonia, anoche, fue la vida, decenas de jóvenes en las esquinas, en las canchas o a plena calle. Después de dejar a mi amigo en su casa, me fui a dormir, pero me llevé a los sueños ese tiempo de patadas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario