
EL AMOR ES COSA SERIA
ESTEBAN DOMÍNGUEZ
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Que nadie diga que no es cierto. Menos ella que tiene los ojos bien abiertos mientras él le da un beso.
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Que nadie diga que no es cierto. Menos ella que tiene los ojos bien abiertos mientras él le da un beso.
No debería tener los ojos abiertos, eso no se vale, piensa el muchacho, pero a ella le gusta así. Siempre se propone tenerlos abiertos para no traicionarse y pensar en otro. A los catorce su cuerpo es un volcán y lo sabían todos los de su grupo porque la vieron convertirse de una escuincla en toda una mujer que alborotaba todo el gallinero. Las gallinas se ponen muy contentas cuando les entra la calentura y ahí se están canturreando. Ella también se quedaba en los labios cada rato con una leve canción, eran trozos que se iban sucediendo sin llegar nunca a concluirse.
Él sabe que debe de besarla bien, por que esta polla no es una cualquiera, a esta hay que hacerla sentir rico porque si no es capaz de andar con el chisme suelto echándole tierra, nada más se acuerda que la Leoncio, le gritaba en su cara que era un rajón, que no la hacía y se daba la vuelta y lo dejaba rojo de coraje y sin poderle responder nada. Por eso él sabe que su oportunidad llegó y hay que darle. Unos besotes que le quemen la piel, que la hagan poner chinita chinita y que se le acaba el aliento. Entonces no tendrá que andar diciendo nada y su honra estará asegurada. Pues ya la tiene en un rincón, nadie los ve aunque los anden buscando los prefectos ellos saben que cuando las sombras de la noche caen en la escuela allá atrás por los talleres es territorio de nadie, solo se esconden las parejitas que como ellos , se ha puesto muy enamorados durante días hasta llegar a esta cita. La suya se fue gestando poco a poco, las miradas que se cruzaron en la clase de inglés luego un préstame un lápiz, oye, que ondas, te gusta panda’, ni al caso, pero me das la hora, luego los recaditos, la amiga que te hace carrilla y los cuates que ya se las olieron, hora tras hora de muchos días atrás hasta estos brazos que la sostienen, los tuyos cabañas, aunque tu sabes que ha estado en los de otros porque esa manera de besar no es gratuita, es como una aspiradora que te roba el aliento. Ahora sí, se le llegó su hora, están ricos los besos, y esta morra, en serio que esta buena. Mi morra, le dices al oído y eso a ella la hace estremecer, sabes que es tuya que seguirán siendo novios por un día, una semana, no se sabe cuánto, conoces de amores que comenzaron así de bacilón y terminaron en matrimonio, pues haber que pasa con esta morra, me cae que está re bien, ojalá no se agüite y que le guste, porque cámara, está rica la condenada, haber que les platico a mis cuates, tal vez les digo que hasta le saqué una de las chichis, pero entonces tendría que decirles cómo son y les tendría que inventar que tiene unos pesones bien grandes y ni siquiera me atrevo a tocarla, menos ha hacer eso, pero si les digo que sólo nos besamos ni al caso, tanto para nada, si serás guey, tenías tu oportunidad, pero estos besos, son otra cosa esto no se los puedo contar porque no lo van a entender ellos quisieran que fuera más allá, pero no quiero dejarlo hasta ahí, sólo besarla rico, para que no se pierda el encanto.
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No sé si me gusta este morro, pero bueno, al cabo que ahorita no ando de novia, le voy a seguir el rollo, total está bien el chavito. Nada más le miro a los ojos y sé que me anda marujeando, ya mis amigas me empiezan a dar carrilla, uy no te llenas, todos te echan los canes, le sigo el rollo y nos vamos poniendo, me dice uno de los días que si que ondas y si ando le digo claro que no y tu, menos pero que ondas, salimos a dar una vuelta, no pues que si te acompaño a la salidas y nos vamos, pero nos volvemos a meter por la puerta de atrás de la escuela al cabo que nadie la cuida y como hemos salido antes, nos vamos atrás de los talleres y ahí como no se atreve a darme un beso que me lo voy acercando hasta que ya no se me escapa y lo beso, pero poco a poco él agarra la onda de cómo se besa y nos vamos enredando rico, ay, así me gusta, entonces hago como que cierro los ojos pero no los cierro porque quiero estarlo espiando por entre las cejas a ver si le está gustando esta acción, luego tomo una de sus manos y la pongo en mi seno, que aquí entre nos, se me inflama y parece que se me sale de la blusa. Él se sorprende un resto, pero me sigue en la caricia, la otra mano ha tomado más confianza y la pone primero en mi cintura y luego baja hasta la cadera, me encanta cuando las manos no nos obedecen y se van para donde les da la gana, entonces uno se deja llevar por las sensaciones y le pone alas a la imaginación. Ya no soy yo, una chamaca adolescente sino una mujer, tal vez así será en la vida adulta y por eso quiero estar con los ojos bien abiertos para sentir cada vez más rico estos besos que son buenos besos y me hacen sentir maravillosa. No hacemos más, sólo besos, pero a mí me bastan.
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No sé si me gusta este morro, pero bueno, al cabo que ahorita no ando de novia, le voy a seguir el rollo, total está bien el chavito. Nada más le miro a los ojos y sé que me anda marujeando, ya mis amigas me empiezan a dar carrilla, uy no te llenas, todos te echan los canes, le sigo el rollo y nos vamos poniendo, me dice uno de los días que si que ondas y si ando le digo claro que no y tu, menos pero que ondas, salimos a dar una vuelta, no pues que si te acompaño a la salidas y nos vamos, pero nos volvemos a meter por la puerta de atrás de la escuela al cabo que nadie la cuida y como hemos salido antes, nos vamos atrás de los talleres y ahí como no se atreve a darme un beso que me lo voy acercando hasta que ya no se me escapa y lo beso, pero poco a poco él agarra la onda de cómo se besa y nos vamos enredando rico, ay, así me gusta, entonces hago como que cierro los ojos pero no los cierro porque quiero estarlo espiando por entre las cejas a ver si le está gustando esta acción, luego tomo una de sus manos y la pongo en mi seno, que aquí entre nos, se me inflama y parece que se me sale de la blusa. Él se sorprende un resto, pero me sigue en la caricia, la otra mano ha tomado más confianza y la pone primero en mi cintura y luego baja hasta la cadera, me encanta cuando las manos no nos obedecen y se van para donde les da la gana, entonces uno se deja llevar por las sensaciones y le pone alas a la imaginación. Ya no soy yo, una chamaca adolescente sino una mujer, tal vez así será en la vida adulta y por eso quiero estar con los ojos bien abiertos para sentir cada vez más rico estos besos que son buenos besos y me hacen sentir maravillosa. No hacemos más, sólo besos, pero a mí me bastan.
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