
Tinto como mi vino
Una gota de vino tinto rodaba por la comisura de mis labios, la dejé bailar al filo de mi barbilla, hundirse en las curvas de mi cuello, hasta desaparecer en mis senos; como los besos húmedos de aquel desconocido. En este mismo bar lo vi, su mirada profunda pretendía penetrar mis pensamientos: felino cauteloso.
Me invitó una copa; embriagaba más su risa. Caminamos sobre callejones oscuros vestidos de complicidad. Tomó con fuerza mis manos anudándolas a mi espalda. Mi rostro se fue transformando: ojos de fuego, olfato agudo, latidos galopantes, dientes que crecían. Él cegado de pasión recorría sediento mi piel no advirtió a la bestia nocturna, mis piernas abrazaban su entorno, clavé resuelta mis colmillos en su cuello, disfruté cada gemido de vida, un líquido en el cuerpo inerte se perdía, era tinto como mi vino.
Mara Yudith Abdala Torres
Una gota de vino tinto rodaba por la comisura de mis labios, la dejé bailar al filo de mi barbilla, hundirse en las curvas de mi cuello, hasta desaparecer en mis senos; como los besos húmedos de aquel desconocido. En este mismo bar lo vi, su mirada profunda pretendía penetrar mis pensamientos: felino cauteloso.
Me invitó una copa; embriagaba más su risa. Caminamos sobre callejones oscuros vestidos de complicidad. Tomó con fuerza mis manos anudándolas a mi espalda. Mi rostro se fue transformando: ojos de fuego, olfato agudo, latidos galopantes, dientes que crecían. Él cegado de pasión recorría sediento mi piel no advirtió a la bestia nocturna, mis piernas abrazaban su entorno, clavé resuelta mis colmillos en su cuello, disfruté cada gemido de vida, un líquido en el cuerpo inerte se perdía, era tinto como mi vino.
Mara Yudith Abdala Torres
2 comentarios:
Gracias por dejarme corear este rincón con mis locas letras.
saluditos
Mara, felicidades. Qué vampiro ante
el inocente de linda risa.
Saludos a tí y al cuentero de este blog.
Alba Brenda.
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