En las mañanas de sábado, domingo y días festivos me levanto temprano y voy a mi huerto. En realidad no es mucho el espacio cultivado, apenas unos cuántos metros. Mi huerto ahorita se encuentra en plena efervesencia. Unas pocas plantas de calabacita italiana ya empiezan a florecer y a producir sus frutos, también el cilantro se ha desarrollado bien. El frijol está floreando y los pepinos y las sandías quieren iniciar a desparramarse por el terreno, la mata de chiles está floreada. La reina de las plantas es la de tomate. Una planta ha producido alrededor de treinta preciosos tomates. Me encanta saborear estos frutos de la tierra cultivados por uno mismo. Me gustaría que hubiera más agua en la ciudad, entonces tendría todo mi pequeño terreno pleno de diversas hortalizas.
2 comentarios:
¡Hola! Me ha gustado su relato. ¡Qué rico comer de los frutos que uno mismo cultiva! Debería generalizarse la costumbre de tener en casa un huerto. Saludos.
Hola, Lupita. Gracias por comunicarte. En verdad es una maravilla obtener alguna verdura de nuestro huerto. Un gran saludo.
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