EL CUENTO: UN BRIOSO CABALLO

Ya sabemos que a veces es más fácil tratar un asunto espinoso a través de una metáfora o comparación. Hablar del cuento moderno ha llevado a grandes escritores a compararlo, por ejemplo a una flecha que da en el blanco (Quiroga), a una esfera (Cortázar). Para mí que es un brioso caballo el cual tienes que llevar a una meta bien señalada en el horizonte. Si no tienes la debida experiencia, ese caballo, en el peor de los casos te puede tumbar apenas quieras montarlo o, si la suerte te acompaña, que en esto de contar no creo que intervenga la suerte, avanzar algún trecho con temor a la caída o a que se te desboque y vaya por donde a él se le antoje, quedando en algunos extremos de la meta. A este caballo hay que sostenerlo con mano segura desde el principio y levantarle la cabeza para que vea hacia donde va a ir, como si ya hubiera ido al lugar donde se le va a llevar. Después soltarle la rienda un poco, dejarlo que vaya con paso seguro, a veces trotando otras a galope tendido, a gusto y sabor del jinete que irá disfrutando del paisaje. Y cerrar la carrera con todo, ya sea que te pases de la meta, o lo frenes de golpe. Lo importante es que al final, caballo, jinete y espectador de la carrera se unan en una sola emoción, que cada uno encuentre su punto de satisfacción al mismo tiempo. He dicho. Esteban Domínguez