Desde que era un chaval y apoyado por mi maestro Fidelito, en la E.S.T NO. 23 de Pótam, me ha gustado tener huerto. No siempre lo he logrado. Pero es a todo dar comer algún fruto de su propio huerto. Las sandías que observan en esta foto son de mi terreno. No se lograron bien porque las planté a destiempo, pero algo es algo. Ya veremos el próximo año.
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