10 DE ENERO DE 2007
Qué es la metáfora?, le preguntaron en la escuela a mi hijo, entonces yo le contesté: es el pan nuestro de cada día, la cobija de los pobres, al grano, dijo la gallina, aunque nos guste jugar a la gallinita ciega y tires la piedra y escondas la mano y tengas un ojo al gato y otro al garabato, aunque pongas las barbas a remojar y la atmósfera sea la piel de la tierra, aunque me dice que me falta un tornillo y hay un compañero que pega como patada de mula y las moscas sean los zopilotes del alma y mi hijo sea hijo de tigre y él prefiere al pan, pan y al vino, vino porque esto está más enrollado que el estambre de la viejita con patas de gallo, y haya en esta historia, peces voladores, pez martillo, mono araña, como si fuera tan fácil lograr estas cruzas. La metáfora nos descubre una realidad que está más allá de las palabras, en esa zona donde las personas le agarramos el chuqui, el regusto a la vida, más allá de nombrar una sola realidad, entonces se descubre que las palabras son recursos tan importantes porque a través de ellas engrandecemos nuestra vida. Vivan las metáforas que nos hacen entrever al mundo de una manera maravillosa, siempre renovada. Tal vez mi hijo no comprendió el concepto que luego le dicté, pero a través de estos ejemplos entendió toda la riqueza de nuestras expresiones, esta maravilla de regodearnos con las palabras, ojalá que su maestra entienda que a caballo dado no se le ve el colmillo o que no le pida peras al olmo.
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