RETO 3
A partir de los siguientes titulares de periódicos, escribe un cuento breve. Nota: se puede utilizar una o todas las frases.
Un gato salva a su dueño y a su familia de un incendio
Atraca un banco con una muleta
Una mujer encuentra un león en su cuarto de baño
Un mendigo asalta un autobús blandiendo unas ratas como arma
ESTA ES MI RESPUESTA AL RETO 3, ESPERO QUE MANDEN SUS CUENTOS, SÍ SE PUEDE, AL MENOS ESO CREO ( ¿ O MORIRÉ ENGAÑADO?)
DE RATAS
─Atraca un banco con una muleta,
Me decía una vocecita desde mi interior.
─Tonta voz. Si ni a muleta llego, le decía.
Me desperté con ganas de cambiar las cosas.
La vida no podría ser tan cruel.
Me negaba a aceptar ser dueño de toda la mala suerte.
“Perdedor”, era la palabra que ya sentía tatuada en la piel.
En la frente…esa es otra historia.
Atracar un banco no es cosa sencilla, menos con una muleta.
Por eso mejor me decidí por asaltar un autobús y como no tenía con qué,
me llevé a mis dos ratas.
Luego, luego se azotaron con la lana,
Vieran visto el susto que se llevaron esos pobres ancianitos,
las señoras ni se inmutaron.
Esteban Domínguez
LA DIBUJANTE
Si yo fuera una mujer común, seguramente no estaría contándoles esta historia, alguien la contaría por mí. Tal vez ahí mismo, al abrir la puerta del baño, hubiera caído desmayada y hubiera sido un suculento bocadillo para ese terrible animal. Pero soy dura de pelar. Al vernos ahí frente a frente, lo menos qué pensé es cómo fue que esa fiera acabó aquí en mi baño. Aunque no pierdo las esperanzas de encontrar a ese imbécil, absurdo y escritor de cuentos que lo puso precisamente en mi baño, para retorcerle el pescuezo. El león y yo nos miramos, cada uno medía al otro desde una distancia de selvas y ciudades, de civilización y de barbarie. Entonces, como no soy una mujer común, saqué mi lápiz y comencé a borrarlo.
Esteban Domínguez
LOS MOTIVOS DEL GATO
Esa mañana podría haber sido como todas, la misma rutina de un matrimonio mal avenido, pero hasta cierto punto funcional, con gato mimoso y todo. El hombre de la casa ronca que ronca y la mujer que da vueltas y despierta cansada y de mal humor. Esa mañana, sin embargo, afuera el sol asomaba la cara boba y la casa seguía muda, apenas un murmullo, como un crepitar. Ni siquiera yo me hubiera despertado después de una noche tormentosa en que nadie pudo atrapar a Susú, esa gatita sensual de los vecinos. Varias veces pudo ser mía, pero ella era inalcanzable. Si no fuera por ese instinto de conservación, que afortunadamente no he perdido a pesar de ser un individuo casero, ahí hubiera terminado una de mis oportunidades de atrapar a la bella Súsú. Así que, amigos, no se hagan ilusiones, ella tiene qué ser mía. Por ella, mininos, fui capaz de saltar sobre la cara del hombre y rasgarle varias veces los cachetes, hasta despertarlo. Tendría que agregar que lo hice con placer, pero sería faltar a la brevedad, lo cual no es mi estilo.
Esteban Domínguez
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