
Lo que hace el escritor para sobrevivir, para ganarse el pan, abre un abanico muy grande de posibilidades: todas las actividades que el hombre ha desarrollado como formas de empleo. Estamos desde los que trabajamos en instituciones de gobierno, escuelas de todos los niveles, oficinas municipales, estatales o nacionales, la burocracia en pleno. Los que trabajan en la iniciativa privada, los que tienen una empresa, cualquier ramo, los que se auto emplean en pequeño. Agricultores, periodistas, albañiles, guardias de seguridad, abogados…y síganle.
Los escritores desarrollan cualquier empleo para mantenerse en la pelea de la vida. Borges Decía que se dejaba vivir para que Borges pudiera fraguar su literatura- no es textual-. Paralela a la actividad que da el pan, porque el escritor no vive de lo que escribe, la estadística es bajísima, quienes vivimos la pasión al escribir, lo hacemos en horas extras, robadas, prestadas al tiempo de nuestras otras actividades. Lo que nos es común, más allá de las pompis achatadas, es que nos empeñamos en persistir en la labor, como si en ello nos fuera la vida. Quien ha batallado una y otra vez por escribir un texto hasta conseguirlo, me entiende cabalmente. El desvelo es nuestro compañero fiel.
La imagen del escritor en nuestros días ya no es la del inspirado que encerrado en su torre de cristal crea una obra al margen o contra la sociedad. El escritor actual vive de cara a la sociedad. La mayoría de los escritores que conozco o de quienes he escuchado sus versiones de la escritura, mencionan que más que inspiración, la creación literaria requiere de un trabajo sin concesiones con las palabras. Estudio y reflexión, práctica de los diversos géneros. Lecturas y más lecturas, para encontrar los ecos con otros.
Un escritor no sólo se sienta ante su máquina y escribe lo que se le pega la gana. La obra requiere de un a veces largo camino de gestación, de añejamiento. En el inter, el escritor es invitado a dar una conferencia, asiste a encuentros de escritores, presenta un libro de algún colega, funge como jurado en algún concurso, se integra a una asociación de escritores, revisa textos propios o de algún amigo que necesita su apoyo, orienta a un principiante, prepara un curso, escribe un texto para una revista, alimenta su blog, chatea con sus amigos escritores…
Estas son algunas de las tareas del escritor, al margen de las relacionadas con los eventos de su vida cotidiana. Ser escritor no es tarea fácil, ni mucho menos redituable. El éxito suele ser un personaje fugitivo que muy pocos pueden atrapar. Pero, sinceramente, les digo que vale la pena ser escritor. Porque como alguien dijo por ahí, el escritor le arranca vida a la muerte.
1 comentario:
Como dijo Di Caprio en la pelicula "Atrapame si puedes"CONCURRO...si es verdad que no solo de letras vivimos,pero son la panacea del alma.
para mi..es una pasion escribir.
Saludos.
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