BIENVENIDOS A LA ISLA DEL CUENTO

El lugar donde la realidad y la fantasía no conocen fronteras. Anímate a escribir un comentario y si tienes un cuento compártelo.

8 de noviembre de 2007

LA IGUANA Y YO


No sé por qué pero las iguanas siempre me han atraído. Son interesantes por su constitución, su piel antigua. Recuerdo de una lejana etapa en la evolución. Son misteriosas, de movimientos lentos. Sus colores atraen la mirada. Sin embargo, ya cerca de ellas siento una gran conmoción. Una repugnancia, miedo, todavía no sé bien a bien definir mis emociones. Cuando era pequeño-hace un buen rato- a los siete años, tal vez ocho, en mi natal Chiapas, atrapé una iguana. En ese tiempo se me hizo enorme. Tengo bien claro el recuerdo. Yo andaba al fondo del patio de la casa, había un cerco de ramas que dividía el solar con el de los vecinos. La iguana estaba sobre el cerco, comencé a aventarle piedras, pero ella seguía ahí, tomando el sol, como si nada. En eso pareció el vecino, traía a sus perros. La iguana pareció despertar y pegó un salta hacia un árbol delgado. A mi también acompañaba la "morisqueta", nuestra perra. El vecino se aproximó al árbol, pero antes convenimos en que el perro que la atrapara se quedaría con la presa. Sacudimos el árbol, la iguana se aferraba, pero al fin vino a dar en el suelo con gran estrépido. Su perro salió corriendo, mientras que la "morisqueta" esperó a que se disipara el polvo y arrancó hacia su presa. La iguana se subió a un marañón casi caído y la perra la pudo atrapar por el cuello. Para esto ya mi hermana venía con un tremendo machete, a ayudar en la captura. Preparó un buen guisado de iguana el cual saboreamos todos. Hasta a la "morisqueta le tocaron los huesitos. Siempre recuerdo aquella de mis primeras hazañas en la cacería. Algún día lo escribiré como cuento. Creo que no debe ser muy lejana la fecha en que me ponga a escribir sobre esa etapa de mi vida, porque corro el riesgo de olvidarla. Luego les contaré lo que pasó con la gata del ojo engusanado. Los reptiles normalmente mudan de piel. Lo que no me explico es por qué a mí de vez en cuando se me cae toda la piel de las manos, como si mudara también.

No hay comentarios.: