A DIARIO 17 DE FEBRERO 2008

El fin de semana se deslizó como agua entre los dedos- lugar común- siempre hay cosas que uno deja para el fin de semana y al final ni se logran terminar con todos los pendientes. Sin embargo algo se logra. Mi amigo Eduardo Rosenzweig, el arquitecto que me construye la futura casa, se enfermó este sábado y no pudimos ir al billar como estaba programado, así que me la pasé aqui en casa por la tarde, previa salida a comprar unos tenis en el tianguis del Palo Verde. Tambien hice una llamada muy importante que me dejó muy grato sabor. Bueno, aqui estoy de cara a una siguiente semana cargada de promesas. Una semana que será de mucho trabajo porque hay que entregar las calificaciones bimestrales. También se avecinan, se presienten las vacaciones. Tengo varias invitaciones a eventos, pero no creo poder asistir al menos que estén bien las condiciones. Está lo de Mazatán, a un café literario con los muchachos de la secundaria y un evento de lectura que van a hacer en cd. Obregón, éste se me hace el menos probable, más complicado, por los permisos que hay que conseguir con mis directivos, pero quien sabe, ahí se verá. La imagen que les muestro es un bule pintado, en las vacaciones pasadas del verano, por mi gran amiga Tere Celaya. Por cierto, tengo varios de estos bules, totalmente secos, sin pintar, que me gustaría intercambiar con ustedes, hagan sus propuestas...