LA MUJERESTEBAN DOMINGUEZ
Por las mañanas, después de dejar a su esposa en el trabajo, generalmente no tenía qué hacer, así que contaba con un buen tiempo para gozar de libertad, hasta por la tarde cuando tenía que presentarse a la redacción del periódico a revisar las galeras. Eso era antes, ahora sólo abría el archivo, corregía y después enviaba las correcciones a la sección de impresión. Cuando se tiene tanta libertad, les decía a sus amigos, uno tiene que ingeniárselas para no morir de aburrimiento. Por lo general, se iba al café del mercado municipal donde había hecho muy buenos amigos. A últimas fechas se le veía menos por ahí, ya hasta los dueños del café pensaban borrarlo de la lista de los clientes distinguidos. Ocurrió por casualidad una de esas mañanas cuando había dejado a su esposa y ya se dirigía al café cuando vio a esa mujer. Una hermosa hembra como de unos 47 años, morena, exuberante, alta, muy derechita. Estaba ahí, como quien espera el camión con una urgencia apremiante. A estas alturas, sus cincuenta años pesaban un tanto, había dejado de entusiasmarse por las desconocidas y prefería tener una amiga con la cual pasar buenos momentos, cuando había oportunidad. Así que no se entusiasmaba tanto con una desconocida. Pero algo había en aquel rostro que no lo dejaría pasar así nomás. Al llegar a la siguiente esquina, una inteligencia superior a la suya tomó el volante y giró para dar vuelta, con lo cual casi provoca un gran choque. Salió bien librado y ahora estaba de regreso, bajó el vidrio para hacer la invitación
-¿La puedo llevar?, ¿a dónde va?
Ella volteó levemente, le sonrió y se aproximó a la ventana. No hizo falta más que abrirle la puerta para que por ella entrara un perfume grato, algo más que una mujer hermosa. Entró el amor, mis amigos, les contaría después a quien le prestaba oídos. Con unas pocas palabras acordaron que ella no tenía a dónde ir y él sólo quería estar con ella, así que se dirigieron al norte de la ciudad en busca de un buen refugio a bajo costo. Esa mujer lo volvió loco, le hizo volver a sus años de juventud. Su vida dio un vuelco. De pronto estaba sonriente y se la llevaba animoso por toda la casa. Su salud fue inmejorable hasta ese momento en que…
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