
LOS NÚMEROS DEL AMOR
ESTEBAN DOMINGUEZ
Hay historias de amor que empiezan bien y luego se complican hasta perderse como tantas otras. Desde que empezó el ciclo escolar, a la chica número 33 le dio un salto el corazón adentro de su uniforme nuevo. Había deseado tanto dejar atrás la primaria. En los últimos días cercanos a su graduación ya no aguantaba el maldito uniforme que en serio, le quedaba muy chico, parecía una muñeca con los vestiditos tan cortos y las trenzas de lado. Nadie comprendía que ya no era una niña, sino una señorita. Por eso, cuando el primer día de la secundaria llegó, desde la noche anterior a su entrada estaba muy emocionada y casi no pudo dormir. Lo bueno es que quedó en el turno vespertino y así no tiene la lata de levantarse tan temprano como en la primaria.
Su corazón parecía cobrar vida y querer salirse de su pecho, romper el uniforme. Se sentó en la banca que le señalaron de acuerdo a su número de lista, estaba ahí, modosita, lista para sus clases del primer día. No dejó de echarle una mirada a sus compañeros nuevos, había unos muy feitos de veras, no faltaban los enanos, los panzones, los larguiruchos, los pecosos, los cuatro ojos, también los arregladitos, los caritas, uy ese me gusta, se dijo para sus adentros, aunque esté demasiado chaparrito. Sí, y parece que me mira con interés. Es el 3, me pondré abusada cuando nos pasen lista haber cómo se llama.
Al final de aquel hermoso día ya eran novios.
Pero algo les decía que aquél flechazo no dio exactamente en el blanco y se iba a acabar pronto. 16 estaba ahí esperando su turno porque también la quiso desde el mismo día, sólo que su pasión se mantendría en las sombras hasta que no hubo forma de ocultarlo. Mientras, se puso de novio con 36, que era la mejor amiga de 33. Así iban las cosas en el tercer bimestre cuando todos entraron en crisis. 33 se dio cuenta de que estaba enamorada de 16 y viceversa, pero no hallaba cómo terminar con tres que era lindo y le daba pena dejarlo. 3 por su parte era indiferente y no le importó demasiado el cortón que finalmente llegó. Pero la máxima complicación lo que traía tristes a los protagonistas de esta historia es que era inminente que a 16 lo cambiaría de escuela. Un lunes cuando no llegó a la escuela, 33 y 36 se la llevaron muy juntitas por toda la escuela recorriendo los lugares donde solían estar en las horas libres o en los recesos. No lloraron porque guardarían sus lágrimas cuando la noticia fuera confirmada, por lo pronto paseaban su tristeza por toda la escuela. 3 está triste porque al final de cuentas esperaba que 33 no tomara decisión de cortar. 36 estaba dispuesta a quedar con 3, sólo para hacer más llevadera la ruptura. Con todo esto, se habían olvidado de 1, que era un chavita secretamente enamorada de 3. Lo más complicado para contar esta historia es que se hicieron ajustes en la lista y 33 pasó a 34, mientras que 36 se hizo 38, 1 y 3 siguieron siendo los mismos, pero 16 fue 14. Así las cosas, el amor se torna complicado en el salón de la secundaria y mejor luego les seguimos contando.
Hay historias de amor que empiezan bien y luego se complican hasta perderse como tantas otras. Desde que empezó el ciclo escolar, a la chica número 33 le dio un salto el corazón adentro de su uniforme nuevo. Había deseado tanto dejar atrás la primaria. En los últimos días cercanos a su graduación ya no aguantaba el maldito uniforme que en serio, le quedaba muy chico, parecía una muñeca con los vestiditos tan cortos y las trenzas de lado. Nadie comprendía que ya no era una niña, sino una señorita. Por eso, cuando el primer día de la secundaria llegó, desde la noche anterior a su entrada estaba muy emocionada y casi no pudo dormir. Lo bueno es que quedó en el turno vespertino y así no tiene la lata de levantarse tan temprano como en la primaria.
Su corazón parecía cobrar vida y querer salirse de su pecho, romper el uniforme. Se sentó en la banca que le señalaron de acuerdo a su número de lista, estaba ahí, modosita, lista para sus clases del primer día. No dejó de echarle una mirada a sus compañeros nuevos, había unos muy feitos de veras, no faltaban los enanos, los panzones, los larguiruchos, los pecosos, los cuatro ojos, también los arregladitos, los caritas, uy ese me gusta, se dijo para sus adentros, aunque esté demasiado chaparrito. Sí, y parece que me mira con interés. Es el 3, me pondré abusada cuando nos pasen lista haber cómo se llama.
Al final de aquel hermoso día ya eran novios.
Pero algo les decía que aquél flechazo no dio exactamente en el blanco y se iba a acabar pronto. 16 estaba ahí esperando su turno porque también la quiso desde el mismo día, sólo que su pasión se mantendría en las sombras hasta que no hubo forma de ocultarlo. Mientras, se puso de novio con 36, que era la mejor amiga de 33. Así iban las cosas en el tercer bimestre cuando todos entraron en crisis. 33 se dio cuenta de que estaba enamorada de 16 y viceversa, pero no hallaba cómo terminar con tres que era lindo y le daba pena dejarlo. 3 por su parte era indiferente y no le importó demasiado el cortón que finalmente llegó. Pero la máxima complicación lo que traía tristes a los protagonistas de esta historia es que era inminente que a 16 lo cambiaría de escuela. Un lunes cuando no llegó a la escuela, 33 y 36 se la llevaron muy juntitas por toda la escuela recorriendo los lugares donde solían estar en las horas libres o en los recesos. No lloraron porque guardarían sus lágrimas cuando la noticia fuera confirmada, por lo pronto paseaban su tristeza por toda la escuela. 3 está triste porque al final de cuentas esperaba que 33 no tomara decisión de cortar. 36 estaba dispuesta a quedar con 3, sólo para hacer más llevadera la ruptura. Con todo esto, se habían olvidado de 1, que era un chavita secretamente enamorada de 3. Lo más complicado para contar esta historia es que se hicieron ajustes en la lista y 33 pasó a 34, mientras que 36 se hizo 38, 1 y 3 siguieron siendo los mismos, pero 16 fue 14. Así las cosas, el amor se torna complicado en el salón de la secundaria y mejor luego les seguimos contando.
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