

CARTA A MI ALMOHADA
Hola, amiga, compañera confidente:
Hola, amiga, compañera confidente:
Quiero decirte que te agradezco que me seas tan fiel, que siempre estés. Eres una gran amiga porque siempre tienes la paciencia del mundo para esperarme sin sentirte despreciada o pospuesta. Sin reproches me recibes noche a noche, con amoroso cariño. A pesar de que te trato tan mal porque te estrujo y me revuelvo sobre ti noche a noche, porque a veces te doblo y así se mantengo durante toda la noche. A pesar de que recibes en tu vida litros y litros de baba que te ensucian todo el cuerpo, tú sigues al pie del cañón. A veces amaneces en el piso o sin tu funda enseñando tus interiores, siempre obtengo tu perdón. Yo te quiero mucho y te lo demuestro porque te aprieto fuerte contra mí y dejo en ti mi aliento y me cuidas cuando emprendo el viaje al país de los sueños, así, sin más paracaídas que tu compañía. De tantas citas nocturnas hemos llegado a ser los mejores amantes. Sé que cuando estés viejita, a sí de complaciente eres, te irás sin pena y con la gloria de haberme brindado tantas caricias en las noches y, dejarás tu lugar a una nueva que me acompañará en el siguiente recorrido. Tú sólo te irás con la satisfacción del deber cumplido.
Esteban Domínguez
Esteban Domínguez
P.D. Siempre te extrañaré.
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