CARRETAS Y MÁS

En uno de sus poemas declamados, Bruno Pablos -maestro de la declamación de por allá del mayo- meciona que el personaje invitó a una linda muchacha de la que estaba enamorado a pasear en la "Araña". Se trata- me dice mi cuñado Jorge- de una carreta muy pequeña de dos ruedas que todavía se ven por los rumbos de Navojoa y puntos circunvecinos. A mí siempre me han llamado la atención las carretas. Hace unos meses andando por los rumbos de la Yesca, cerca de Hermosillo, mi hijo y yo econtramos un cascaron de una carreta de adorno y la subimos al pic up. Le faltaban las ruedas y había que darle una ajustada por todas partes. Este día mi cuñado la trajo ya  reparada y lista para instalarse en el terreno anexo que tengo aqui en la casa. Es para poner plantas y que le dé un toque rústico al lugar. También meses atrás logré comprar una carreta de verdad que procedimos a arrastrar hasta instalarla en el terreno también- más adelante compartiré unos fotos- Es una carreta no de las de antes que tenían las ruedas de fierro y madera. Mi carreta, la cual fue bautizada como "La Cheyenne", tiene ruedas de hule, llantas, pues. La madera está bastante dañada por la acción del sol y del viento. Su anterior dueño era don Jesús, de acá del Buey y la utilizaba para acarrear postes de mezquite para cercos y carbón. En meses posteriores, esta carreta lucirá un nuevo aspecto porque se le cambiará la madera y se desponcharán las llantas y posiblemente algunos me vean dando la vuelta por el rumbo de las Minitas o el Palo Verde, colonias cercanas al lugar donde ahora vivo.