MANÍAS
Esteban Domínguez
Por las noches, antes de irse a acostar, suele dar una vuelta por la cocina, es un buen cazador. Atento al menor movimiento descubre a su siguiente víctima. La costumbre ha hecho que cada vez sean menos, pero siempre hay una. Es como una sentenciada a muerte, sabe que no se ha de librar y que en el fondo se lo merece. Una vez concluido el acto, se dirige a su cama. Ahí una mujer que nunca lo espera despierta, navega por el mar de sueños. No se despertará ni cuando prenda la lámpara y empiece a leer la página de su libro de noche. El sueño no ha de venir tan fácil, cada vez le cuesta más encontrar la rendija por donde se ha de iniciar su sueño. A veces se queda con los ojos abiertos como para meditar, luego empiezan sus movimientos del cuerpo, giratorios, la lucha con la almohada, hasta que encuentra el punto exacto. De los restos de esa batalla diaria no han de quedar recuerdos a la mañana siguiente. Mientras toma su primer café en el porche, siente que esa mañana es igual a otras ya vividas y la tristeza lo invade.
Por las noches, antes de irse a acostar, suele dar una vuelta por la cocina, es un buen cazador. Atento al menor movimiento descubre a su siguiente víctima. La costumbre ha hecho que cada vez sean menos, pero siempre hay una. Es como una sentenciada a muerte, sabe que no se ha de librar y que en el fondo se lo merece. Una vez concluido el acto, se dirige a su cama. Ahí una mujer que nunca lo espera despierta, navega por el mar de sueños. No se despertará ni cuando prenda la lámpara y empiece a leer la página de su libro de noche. El sueño no ha de venir tan fácil, cada vez le cuesta más encontrar la rendija por donde se ha de iniciar su sueño. A veces se queda con los ojos abiertos como para meditar, luego empiezan sus movimientos del cuerpo, giratorios, la lucha con la almohada, hasta que encuentra el punto exacto. De los restos de esa batalla diaria no han de quedar recuerdos a la mañana siguiente. Mientras toma su primer café en el porche, siente que esa mañana es igual a otras ya vividas y la tristeza lo invade.
2 comentarios:
buen blog, felicidades, estoy preocupado por la actualidad del cuento... hay que acercar el cuento a los lectores comunes y no complicarlo en estructuras, sino regresarle la sencillez original. gracias por ser una motivación para esto.
-Luis Valdez
Hola Luis, gracias por tus comentarios. Yo también creo que el cuento debe tener sencillez y economía de lenguaje. Si escribes me gustaría tener alguno de tus cuentos aquí en este blog.
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