un libro necesario
Por Esteban Domínguez
Esta es una experiencia nueva para mí que no me la quise perder.
Venir a Tónichi por primera ocasión, espero que no sea la única, con la encomienda de presentar un libro que habla del mismo lugar: Un lugar ligado al corazón, a los recuerdos de la autora. De ahí que las historias de este libro, sean necesarias escribirlas y leerlas. Una parte ya lo hizo Blanca Rosa, la otra nos corresponde a los lectores.
Esta presentación se hace más interesante porque algunos de ustedes que nos acompañan se podrían reconocer en los personajes de cada historia o puede que sean la persona que se nombra en algún pasaje.
La autora, por lo tanto, se encontrará en un doble fuego, porque cuando uno escribe de personajes inventados, ficticios totalmente, pues no hay problema, puede uno explayarse y decir muchas cosas, pero en este caso hasta hay la posibilidad de establecer el diálogo entre el autor y sus personajes, lo que hace al autor ir muy pegado con la realidad.
Yo no sé lo que vaya a pasar, pero la autora corre el riesgo de ser juzgada por la veracidad de lo que ha escrito.
El libro que Blanca Rosa ha escrito y publicado, me parece importante porque hace un rescate de anécdotas, de tiempos pasados, pero lo hace con un amoroso afán, afán de que permanezca memoria de muchas vidas, la vida de la gente mayor, de los presentes y los ausentes, de los niños, jóvenes el ayer cuyos murmullos habrá que escuchar con oído atento.
Un libro que se deja leer con facilidad porque sus pretensiones están claras, dejar memoria escrita de esos murmullos que se arrastran desde el pasado y que de no ser atrapados por la palabra escrita, se perderían sin remedio. Es un libro como La feria de Juan José Arreola, que nos va mostrando un gran mural de su pueblo. A su modo se puede considerar como una novela de todo un pueblo.
Felicito ampliamente a la autora de murmullos del ayer.
Por Esteban Domínguez
Esta es una experiencia nueva para mí que no me la quise perder.
Venir a Tónichi por primera ocasión, espero que no sea la única, con la encomienda de presentar un libro que habla del mismo lugar: Un lugar ligado al corazón, a los recuerdos de la autora. De ahí que las historias de este libro, sean necesarias escribirlas y leerlas. Una parte ya lo hizo Blanca Rosa, la otra nos corresponde a los lectores.
Esta presentación se hace más interesante porque algunos de ustedes que nos acompañan se podrían reconocer en los personajes de cada historia o puede que sean la persona que se nombra en algún pasaje.
La autora, por lo tanto, se encontrará en un doble fuego, porque cuando uno escribe de personajes inventados, ficticios totalmente, pues no hay problema, puede uno explayarse y decir muchas cosas, pero en este caso hasta hay la posibilidad de establecer el diálogo entre el autor y sus personajes, lo que hace al autor ir muy pegado con la realidad.
Yo no sé lo que vaya a pasar, pero la autora corre el riesgo de ser juzgada por la veracidad de lo que ha escrito.
El libro que Blanca Rosa ha escrito y publicado, me parece importante porque hace un rescate de anécdotas, de tiempos pasados, pero lo hace con un amoroso afán, afán de que permanezca memoria de muchas vidas, la vida de la gente mayor, de los presentes y los ausentes, de los niños, jóvenes el ayer cuyos murmullos habrá que escuchar con oído atento.
Un libro que se deja leer con facilidad porque sus pretensiones están claras, dejar memoria escrita de esos murmullos que se arrastran desde el pasado y que de no ser atrapados por la palabra escrita, se perderían sin remedio. Es un libro como La feria de Juan José Arreola, que nos va mostrando un gran mural de su pueblo. A su modo se puede considerar como una novela de todo un pueblo.
Felicito ampliamente a la autora de murmullos del ayer.
1 comentario:
Hola, Esteban.
Buscando información sobre mi pueblo,me encontré con tu sitio.Gracias por publicar lo referente a la presentación de mi libro y por ponerlo al alcance de cualquiera que se aventure en busca de información sobre su terruño.
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