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26 de mayo de 2008

A DIARIO- 26 de Mayo 2008




A la entrada a nuestro trabajo, mientras departíamos a espera del timbre, captamos a esta chuparrosa sobre unas diminutas flores. Fue hermoso su vuelo. Hay tantas cosas qué ver, tan cercanas a nuestra mirada que a veces nos pasan desapercibidas. Hacía tiempo que no escribía mi diario, que en realidad no es un diario en sentido estricto porque carece de regularidad y porque su contenido tiene poco de confesiones íntimas. Sin embargo me ha servido para ir tirando, como se dice, para ir dejando una breve constancia de estos días. Más para mí que para ustedes. Es un poco cerrado lo que escribo porque a veces sólo yo me entiendo. Pero en fin. Les comento que en estos días se reactivó la construcción de la futura casa, ya se empezaron a pegar los primeros ladrillos. Lo importante de esto es que se continue el trabajo porque así llegará el día en que nos podamos mudar para allá. Supongo que en un o dos años, no se sabe. Porque estamos construyendo con recursos propios, es decir, con lo que tenemos en efectivo. Podríamos conseguir algún tipo de financiamiento mediante un crédito, pero es algo que no nos atrae mucho, así que aunque esto sea un poco más lento, seguiremos adelante. Ya se habrán dado cuenta también que ha bajado el número de entradas a este blog, mi producción literaria se vino a bajo en cantidad, espero que en calidad vaya en aumento. A veces me pongo revisar mis archivos y veo textos chuecos, sin brazos, sin un ojo, sin manos, sin cabeza, sin pies, sin cuerpo a veces, su eco sólo. Son textos que me gritan a la cara su abandono, piden a gritos que los termine. Yo como buen ficcionario les hago el cuento y les digo que llegará su momento glorioso, que aguanten un rato en cuanto se calmen las aguas, me ocuparé de ellos. Pobres, no saben que no deben creer en promesas de cuentero. Algunos de ellos, serán borrados con una tecla. Pocos se han de salvar. Ni modos, así es esto, sólo se salvan aquellos que tocan las cuerdas sensibles de mi alma. Alguno que otro llegará algún día al papel.

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